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Qué bonita panadería, con tantas delicias para probar. Nosotros nos llevamos un pan que estaba crujiente por fuera y esponjoso por dentro. ¡Una verdadera delicia para el paladar!
¡Madre mía, qué pinta tiene todo esto! Se me hace la boca agua solo de verlo. ¡Seguro que es un manjar divino para el paladar!
Bollería deliciosa, café excelente, trato muy amable. Sin duda regresaría.
Totalmente recomendado el sitio, tienen una gran variedad de panes, bollos, picos, etc., además de una amplia selección de dulces como pastas, galletas, tartas para ocasiones especiales, mini tartas, postres, etc.
El servicio es excepcional y el establecimiento es altamente recomendable. Personalmente probé un alfajor de chocolate blanco y 2 cookies con rocklets, y ambos estaban deliciosos.
Vaya descontento con el servicio recibido en la panadería. Sin duda, es una lástima que no cumplieran tus expectativas. Espero que puedan mejorar en el futuro para ofrecer una experiencia más positiva a sus clientes. ¡Ánimo y suerte!
La panadería se ve muy bonita y cuidada.
Compramos chipas pero tuvimos que tirarlas porque estaban pasadas del fin de semana. Una decepción. Lo mismo pasó con las facturas de manteca. No creo que regresemos.
Arruinaron la celebración de Año Nuevo de mi pareja con su chocotorta llena de moho 🤢🤮🤮 ¡Qué desastre!
Adquirimos dos medias lunas y dos palmeritas, y estaban completamente duras, imposibles de comer. Además, consultamos sobre otro producto y la amabilidad brillaba por su ausencia. No es para nada recomendable.
Lo mejor eran las facturas, ahora no llevan ni almíbar y las moscas están campando a sus anchas por las galletas o lo que queda en las vitrinas cerradas... Además, el pan es más caro comparado con otras panaderías.
Qué bonito local, menuda sorpresa encontrar un lugar así en el norte, con tanta variedad, sobre todo en repostería, y encima abierto las 24 horas. El precio es justo para la calidad, nos han encantado los bollos 👏🏻👏🏻…
¡Qué decepción! La atención fue muy mala, apenas hicimos el pedido ya nos querían cobrar sin siquiera preguntar si necesitábamos algo más. Las medialunas que compramos parecían viejas, al igual que las palmeritas que casi me sacan todas las muelas. El alfajor de maicena se veía como si lo hubieran comprado en un lugar poco confiable: lleno de arena. Y para colmo, ¡es carísimo! En definitiva, no lo recomendaría en absoluto.
